Al igual que la vihuela de mano, sonido de la vihuela de arco, mereció atenciones literarias. Seleccionamos algunos fragmentos, al modo de indicios de lo que pudieron ser las búsquedas estéticas y las motivaciones de músicos y violeros.
Al igual que la vihuela de mano, sonido de la vihuela de arco, mereció atenciones literarias. Seleccionamos algunos fragmentos, al modo de indicios de lo que pudieron ser las búsquedas estéticas y las motivaciones de músicos y violeros.
Pocas veces se ha conseguido describir tan bien un sonido, como lograra el autor del Libro de Apolonio, allá por 1260, en el bellísimo pasaje en el que Luciana, hija del rey Arquitrastes, cantando rivaliza con la vihuela de arco, llegándose a fundir y confundir ambas voces:
179 | Facía fermosos sones y fermosos debaylados, quedaba, a sabiendas, la voz a las vegadas; facía a la vihuela decir puntos ortados, semejaba que eran palabras afirmadas. |
180 | Los altos y los bajos, todos della dicían, la dueña y la vihuela tan bien se avinién que lo tenién a fazaña cuantos que lo vehién. Facía otros depuertos que mucho más valién. |
Y la réplica de Apolonio, como “violista y cantor”:
182 | Mas, si prendo la vihuela, cuido fer un tal son, que entendredes todos que es más con razón. |
185 | Non quiso Apolonio la dueña contrastar, priso una vihuela y sópola bien temprar; dijo que sin corona non sabrié violar, non quería, maguer pobre, su dignidat bajar. |
188 | Alzó contra la dueña un poquiello el cejo, fue ella de vergüenza presa un poquellejo, fue trayendo el arco egual y muy parejo, avés cabié la dueña de gozo en su pellejo. |
Más adelante, la misma obra, vuelve a aparecer de nuevo la vihuela de arco, ahora denominada viola.
426 | Luego el otro día, de buena madurguada, levantose la dueña ricamiente adobada; priso una viola buena y bien temprada, e sallió al mercado violar por soldada. |
427 | Comenzó unos viesos y unos sones tales, que trayén grant dulzor y eran naturales; finchiénse de homes apriesa los portales, non les cabié en las plazas, subiense a los poyales. |
428 | Cuando con su viola hobo bien solazado, a sabor de los pueblos hobo asaz cantado, tornoles a rezar un romance bien rimado, de la su razón misma, por ò había pasado. |
495 | Cuando le hobo dicho esto y mucho ál, movió en su viola un canto natural, coplas bien asentadas, rimadas a señal; bien entendié el rey que no lo facié mal. |
502 | Tornó al rey Tarsiana haciendo sus trobetes, tocando su viola , cantando sus vesetes. «Homne bueno, diz, esto que tú a mí prometes, téntelo para tú, si en razón non te metes. |
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2004 Edición digital a partir del códice III_K_4 de la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
En la misma línea, el Arcipreste de Hita alaba las voces de la vihuela de arco en el Libro de Buen Amor:
1231 | La viyuela de arco face dulces bayladas adormiendo a las veces, muy alto a las vegadas, boces dulçes, sabrosas, claras et bien puntadas, a las gentes alegra, todas tyiene pagadas. |
Biblioteca Nacional de España.
(Biblioteca digital hispánica)
La vihuela de arco ha sido siempre tenida como música elevada, casi vehículo de comunicación con la divinidad. Diego de la Vega, en su, Parayso de la gloria de los santos (1607), describe así esta experiencia mística:
Estando una noche en contemplación oyó una vihuela en el ayre y una mano que la tañía con una cuerda enarcada, que con no ser más que uno el toque y vna vez la que passó la mano роr la vihuela, fue tan grande la dulçura y consolación de su alma, que se cayó medio muerto еn el suelo. Y buelto luego en sí dixo a fus compañeros: Yo os prometo hermanos, que si aquel Ángel tornara segunda vez a passar el arco por la vihuela, que mi alma desamparara el cuerpo y no pudiera sufrir tanta suavidad y dulzura.
Pedro Sánchez de Acre, en su curioso tratado Triángulo de las tres Virtudes theológicas, Fé, Esperanza y Caridad y Quadrándulo de las quatro cardinales, Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza (Toledo, 1595) compara el sonido de los instrumentos de viento con la vihuela de arco, en la famosa fábula de Midas como juez entre Pan y Apolo:
Dizen las fábulas antiguas, que el dicho Rey Midas, litigando el Dios Pan con el Dios Apolo, sobre qual era más excelente música, la de la Chirumbela del dios Pan o la de la vigüela de arco de Apolo, y habiendo tocado ambos dioses sus instrumentos para sustancionar cada uno dellos su caussa, juzgó apasionadamente Midas a favor del dios Pan, como quiera que su música fue muy rústica y pastoril y la de Apolo muy extremada y suave. Y como quedasse por esta sentencia el dios Apolo muy indignado, diziendo que un asno no diera tal sentencia como la que dio el Rey Midas, le convirtió sus orejas en orejas de asno, por vengarse d’él. Pues (como el Rey se viesse tan afrentado con sus orejas) para cubrillas se puso un gran becoquin. Mas como un barvero le viniesse a afeitar y las viesse, y se muriesse de risa, le conjuró que no lo dixesse a nadie. Mas el barvero, no pudiendo callarlo, hizo un agujero en el suelo, y puesta la boca sobre él, dixo: Aurículas ásini Midas habet.
El sonido de las vihuelas de arco intentaba emular la voz humana, Los cambios estéticos que van imponiéndose, no siempre fueron bien aceptados por todos y hubo quien prefirió el dulce sonido de las voces de las vihuelas de arco, al sonido amplificado de los instrumentos con alma. Pónganse en la piel de Góngora, quien en 1633, en su comedia Las firmezas de Isabela se espantaba del sonido de los violines, despreciándolo en relación al de la vihuela de arco:
Ta: О vigüela de las mas cuerdas que vi¡
Mar: Vigüela la llamas. Ta: Sí,
porque su armonía consuela:
violín no, que es gran mohina
que suene más un Violin
con las cerdas de un rocín
que de un Duque de Medina.
Para escuchar las voces de estas vihuelas de arco, construidas para Fernando Marín, visitar www.cantarallaviola.com